RocaJunyent-Gaona

LA REFORMA DE LA CONSTITUCIÓN.

El prestigioso abogado Manuel Camas Jimena analiza en un artículo para EL OBSERVADOR / www.revistaelobservador.comuna posible modificación de la Constitución que se está planteando en la actualidad en España a raíz del conflicto catalán. Usa como hilo conductor una charla con nadie, a través de la cual va desarrollando ideas sobre la necesidad de cambiar…

…la Constitución y en qué ámbitos. “A mi juicio debemos modificar la Constitución buscando unir a dos generaciones, la de los que vivimos la transición y los años de profunda modernización que la siguieron, y las nuevas generaciones, que se encontraron una España homologada en Europa, ajena del todo a la dictadura” se afirma en el texto.

La reforma de la Constitución

NUEVAMENTE coincidimos

SÍ, hola, no lo hacíamos desde el pasado año y hablamos casi únicamente de la cuestión catalana, quizás mejor cambiar el tema, ha acabado siendo monótono.

¿Y se puede hablar de otra cosa?

HAY problemas que no tienen solución, al menos a corto o medio plazo, tenemos que aprender a convivir con ellos, creo que es el caso de los independentistas catalanes. Son muchos, no van a desaparecer repentinamente, lo que ocurre es que estamos tan preocupados, que necesitamos pensar que hay una solución inmediata, pero no la hay. Es necesario construir una estrategia, inteligente, estable, continuada en el tiempo, por encima de las coyunturas, coherente, y tener paciencia, aunque la verdad, no distingo ninguna propuesta que vaya en esa dirección.

SE plantea una modificación de la Constitución como solución

ESTOY de acuerdo con que es bueno para España una reforma de la Constitución, pero no creo que deba hacerse una reforma con la intención principal o única de resolver el problema de los independentistas. Plantear la reforma dando primacía a esa cuestión, puede llevarnos a malas soluciones, a generar descontento. Desde luego es una cuestión a tratar, pero no puede ser el motivo de la reforma.

ENTONCES la reforma para qué

A mi juicio debemos modificar la Constitución buscando unir a dos generaciones, entendidas en un sentido muy amplio, la de los que vivimos la transición y los años de profunda modernización que la siguieron, y las nuevas generaciones, que se encontraron una España homologada en Europa, ajena del todo a la dictadura, pero a los que la crisis les ha generado profundo malestar y descontento con la vida pública, sienten por ello la necesidad imperiosa de hacer reformas y encontrar soluciones, tienen una comprensible indignación.

TENEMOS que aceptar que esa generación posee buena parte de razón, por orgullosos que nos sintamos de la Constitución, que ha permitido modernizar el país, sacarlo del atraso social, cultural, económico, político e internacional, en el que estábamos, hay sin embargo una parte muy importante de la población, los más jóvenes y los más vulnerables a los cambios económicos, que sienten la necesidad de intervenir en la mejora del marco constitucional y de convivencia, solamente así lo sentirán propio.

LA durísima década de crisis que hemos padecido, el modelo de sociedad y de economía que ha surgido una vez superada, hacen necesario reenganchar a todos en un proyecto de país que vuelva a lanzarnos hacia adelante, como en las décadas de los 80 y 90.

¿Y qué cambios pueden ser esos?

HAY un amplísimo acuerdo sobre qué puede y debe ser modificado, aunque no lo haya tanto sobre el contenido de esas modificaciones.

PERO creo que más importante que las propias materias que se reformen, será generar, por medio del proceso mismo de la reforma, una dinámica de diálogo, de apertura, de posibilidades de consenso, que finalmente puedan llevar nuevamente a la sociedad española a ilusionarse con un proyecto de país.

¿EXISTEN líderes para eso?

CIERTAMENTE hay un problema general de liderazgos para iniciar el proceso, pero las circunstancias generan también pueden generarlos, los partidos se capitalizarán con equipos para sostener esos debates y eso hará aparecer nuevas ideas, propuestas más solventes y más imaginativas, que a su vez harán que lo liderazgos se fortalezcan.

¿Y cuáles son esas cuestiones sobre las que existe consenso como materia reformable?

NUESTRA Constitución es anterior a la integración de España en las Comunidades Europeas, el propio sistema de fuentes del derecho que recoge ha quedado desfasado, describe un ordenamiento jurídico que con matices es puramente nacional, pero hoy nuestras normas, de una forma u otra, proceden de la Unión Europea, su control también supera los tribunales españoles y cada vez más acudimos al Tribunal de Justicia de la Unión Europea; toda esa realidad jurídica debe encontrar su lugar en la Constitución, que debe ser . Ese camino ya lo han recorrido Alemania, Francia y Portugal, por ejemplo.

OTRA reforma evidente es la sucesión a la Corona, que privilegia al varón respecto de la mujer, es el caso de nuestro actual Rey, que lo es por ser varón, aunque no sea el primogénito. Es inadmisible mantener esa regulación en el futuro, debemos corregirla, fortalecerá la institución; que el Rey solo tenga hijas ha hecho que no sea una cuestión de urgencia dramática, pero podía haberlo sido.

ESAS cuestiones no parecen especialmente complejas

JUNTO a ellas hay otras también evidentes, pero para las que los consensos en las soluciones serán mucho más complicados.

POR ejemplo, la Constitución declara a la provincia como circunscripción electoral, de hecho, el Senado representa provincias; esto es un escollo para mejorar nuestro sistema electoral, con enormes diferencias en el dependiendo en qué provincia, más o menos poblada, se ejerza ese derecho.

OTRA es establecer con toda claridad cuáles son las competencias del Estado, de manera que las que no lo son se entienda que corresponden a las Comunidades Autónomas, sin necesidad de que lo recojan sus propios Estatutos, lo que nos lleva, lo llamemos como queramos, a un sistema verdaderamente federalista, que no es el que existe hoy por muchas competencias que tengan las Comunidades Autónomas.

ESTA reforma además descargará de conflictos al Tribunal Constitucional, que dedica gran parte de sus esfuerzos a discernir temas de competencia entre el Estado y las Comunidades Autónomas.

LA reforma del Senado, para que recoja esa realidad territorial del Estado, parece una evidencia y una necesidad, al igual que contemplar en el propio texto cada una de las Comunidades Autónomas existentes, porque nuestra Constitución actualmente dedica una parte importante de su texto a establecer el sistema de creación, ya superado.

LAS especialidades de algunas Comunidades, los idiomas, la financiación, a mi juicio debe ir unido a un principio de lealtad institucional del que adolecen hoy muchos comportamientos.

TAMBIÉN en materia de organización y gobierno de la Justicia y del propio Tribunal Constitucional deben realizarse reformas.

EN cuestiones de derechos y libertades puede ajustarse el texto a una realidad social tan cambiante, aunque quizás lo más destacable sea la modernización del lenguaje.

¿Y habrá consensos para eso?

INICIALMENTE solo es necesario el consenso acerca de la necesidad de hablar, el camino de la reforma debe ser el que genere el consenso sobre qué cambios y el sentido de los cambios. El gran servicio que nos hace ahora nuestra Constitución es la oportunidad de modificarla; se trata de un proceso, abrir un espacio para el diálogo, hablar de muchas cosas, argumentar, confrontar intereses, hacerlos visibles, en ese camino gana valor la política, que falta nos hace, ganarán valor los partidos, que sumarán colaboradores técnicos, jurídicos, económicos, sociológicos, ganará altura el debate y eso facilitará unos acuerdos que relancen nuestra idea de país, uniendo en esa idea a las generaciones más jóvenes y a las personas más vulnerables, volviendo a ilusionarnos en un proyecto colectivo.

TE dejo aquí, disculpa me extienda, un poco de deformación profesional con este tema, ya sabes. Un abrazo.

ADIÓS.

Por Manuel Camas Jimena. Abogado.

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