La firma consolida su compromiso con el talento joven al incorporar a Diana Torres, exalumna en prácticas, como parte del equipo jurídico del despacho de Málaga
Cada año, Gaona Abogacía, despacho socio de RocaJunyent_Grupo, abre sus puertas a estudiantes del Grado en Derecho y del Máster de Acceso a la Abogacía que buscan una experiencia profesional real en el ejercicio jurídico. Esta apuesta por crear un entorno de aprendizaje efectivo permite a los jóvenes talentos desarrollarse, generar sinergias y abrir la puerta a futuras oportunidades laborales.
El caso de Diana Torres, recientemente incorporada al área de Soporte Jurídico del despacho de Málaga tras finalizar sus prácticas, es un ejemplo claro de cómo esta filosofía se traduce en resultados reales. Diana nos cuenta en primera persona cómo ha vivido su paso de estudiante a profesional dentro de la firma, y por qué considera que Gaona Abogacía es una gran escuela para quienes inician su carrera jurídica.
Un compromiso real con el relevo generacional: entrevista a Diana Torres
¿Qué ha supuesto para ti la oportunidad de hacer las prácticas en Gaona Abogacía? Ha sido una experiencia muy gratificante. Supuso un cambio en mi ritmo de vida y en la forma de entender el trabajo. Antes de llegar a Gaona Abogacía no había tenido contacto directo con la práctica jurídica, y desde el primer día me sentí acogida. Destaco la familiaridad y el respeto con que me recibieron, así como la cooperación de todo el equipo. Estoy muy agradecida.
¿Por qué crees que las grandes firmas deben apostar por el talento joven? Creo que todo despacho que aspire a avanzar necesita equilibrio entre la experiencia de los abogados senior y la energía de los junior. Los jóvenes aportamos ideas frescas, nuevas perspectivas para resolver casos y una mayor familiaridad con los avances tecnológicos. Esa combinación es fundamental para mantener la excelencia y la innovación en el sector.
¿Cómo ha sido trabajar con profesionales de amplia trayectoria? He tenido la oportunidad de colaborar con cuatro profesionales de distintas áreas: civil, penal y bancaria. Cada uno tiene su propio estilo de trabajo, y eso me ha ayudado a adaptarme y a gestionar mejor el tiempo, incluso en momentos de mucha presión. Aprendí que lo esencial es mantener la calma y cuidar siempre los intereses del cliente.
¿Y crees que ellos también han aprendido algo de ti? No sé si he podido enseñarles algo nuevo, pero sí creo que han ejercido una labor de tutoría muy valiosa, corrigiendo con paciencia y respeto. Tal vez hayan aprendido a tener un poco más de paciencia con quienes estamos empezando.
Has pasado de ser estudiante en prácticas a tener un contrato en el despacho. ¿Cómo has vivido ese paso? Todavía lo estoy asimilando. Durante las prácticas pensaba mucho en qué haría después, así que cuando me ofrecieron incorporarme al equipo, no lo dudé ni un segundo. Sentí una gran satisfacción y alivio: tener un empleo, vinculado a lo que te apasiona, y en un entorno con tanta calidad humana es un privilegio. Me siento muy afortunada.
¿La realidad de la abogacía se parece a lo que imaginabas durante la carrera? Nada que ver. La teoría y la práctica son mundos distintos. En la universidad estudias los conceptos, pero cuando trabajas ves el ritmo real: redacción de escritos, trato con clientes, vistas judiciales… Hay días tranquilos en la oficina y otros frenéticos, con decenas de actuaciones. Puede ser agotador, pero cuando te gusta lo que haces lo disfrutas.
¿Qué destacarías como principal logro en esta etapa? Sin duda, haber conseguido iniciar mi carrera profesional en el ámbito jurídico. Gaona Abogacía me ha brindado la oportunidad, la confianza y la estabilidad para dar este primer paso. Mi objetivo ahora es seguir aprendiendo, aportar lo mejor de mí y crecer junto al gran equipo que forma la firma.
Una apuesta que funciona
El recorrido de Diana refleja el éxito del modelo de Gaona Abogacía: formar, acompañar y confiar en el talento joven. La incorporación de antiguos estudiantes al equipo jurídico demuestra que el compromiso con la excelencia y el relevo generacional es más que una declaración de intenciones: es una práctica constante que fortalece la calidad y el futuro del despacho.