La rápida expansión de Internet y de las nuevas tecnologías en un corto periodo de tiempo también ha hecho proliferar nuevos delitos en la esfera nacional e Internacional. Según los datos analizados por el Ministerio del Interior, el pasado año 2017 hubo un total de 81.307 ciberdelitos en España. Por su parte, en lo que va de año de 2018 Andalucía (15.458 ciberdelitos), la Comunidad de Madrid (12.169 ciberdelitos) y la Comunidad Valenciana (10.842 ciberdelitos) son ya las comunidades más ciberatacadas del país.
En esta vorágine, cada vez más creciente, de ciberdelincuentes hay algunos delitos dignos de destacar como: el fraude informático, amenazas y coacciones, falsificación informática, acceso e interceptación ilícita, contra el honor, delitos sexuales, Interferencia en los datos y el sistema, contra la propiedad industrial/intelectual y delitos contra la salud pública. Cabe señalar que en 2017 fue el fraude informático con 60.511 ciberataques el que destacó por encima de otros delitos seguido de las amenazas y coacciones con 11.270 ciberataques.
A medida que aumentan el uso de la red y sus ventajas, también nos encontramos con desventajas como el aumento de nuevas formas de ciberdelinquir. Y es que las nuevas tecnologías han facilitado que la información viaje de forma instantánea. Es por ese motivo que España ratificó en octubre el 2010 el convenio sobre cibercriminalidad o Convenio de Budapest, el primer tratado internacional al que se han adherido 64 países y que busca hacer frente a los delitos producidos en Internet y la cooperación entre estados, número que continúa aumentando ya que, recientemente, han sido invitados a suscribir el mismo cinco países más.