Internet continúa masificándose, un hecho que genera innumerables beneficios en la esfera académica, social y empresarial. Sin embargo, también es el propicio para la consumación de una serie de nuevas figuras delictivas. En la actualidad existen cuatro delitos cibernéticos que se generan con mayor frecuencia:
- Phishingimplica la acción de intentar adquirir información confidencial suplantando la imagen de una persona o entidad. El objetivo con el que operan los delincuentes es el de conseguir datos privados sobre identidades o cualquier medio que le asegure al ladrón usarlas para fines fraudulentos El delincuente que ejecuta el phishing ilusiona a la víctima con una fortuna inexistente y la persuade para que pague una suma de dinero por adelantado. El delincuente dirige un correo electrónico a su víctima y le solicita, suplantando una identidad, que pague un dinero anticipado.
- Pharminges una forma de fraude en línea basado en redirigir el tráfico de un sitio web de confianza hasta la página fraudulenta. El ladrón suplanta una página web y la configura de manera que pueda extraer la información que en ella digite el usuario. Esta modalidad está diseñada para la sustracción de datos o la infección de virus.
- Keylogging. Un keylogger (derivado del inglés: key (‘tecla’) y logger (‘registrador’); ‘registrador de teclas’) es un tipo de software o un dispositivo hardware específico que se encarga de registrar las pulsaciones que se realizan en el teclado, para posteriormente memorizarlas en un fichero o enviarlas a través de internet.
- Malware. Son los programas informáticos que, una vez instalados en el ordenador o dispositivo móvil de la víctima sin su consentimiento, espían sus acciones y permiten obtener datos e informaciones como las antes citadas.
Así pues, la mejor prevención es acceder tan sólo a webs o softwares de confianza y contar con un antivirus actualizado. Y de ser, finalmente, víctima de los “ciberpiratas” lo mejor será acudir a las autoridades para ponerle solución al conflicto.